En diciembre del 2.022, en la última semana de sesiones del Congreso de la República, mientras los colombianos estaban pendientes del mundial de futbol, la Cámara de Representantes aprobó la reforma política, una de las más importantes del Gobierno del Presidente Gustavo Petro. Como es una reforma constitucional, a pesar de que ya fué aprobada en comisiones y plenarias de la Cámara y el Senado, deberá superar otra ronda de aprobaciones, pero con lo alcanzado desde julio y las votaciones por las que pasó, lo más probable es que se convierta en realidad en junio, tras varios intentos infructuosos en la última década.
Uno de los artículos aprobados por la plenaria del Congreso permitirá que los congresistas puedan renunciar a ese cargo para ser ministros, una idea que ha apoyado infructuosamente en anteriores proyectos el hoy presidente del Senado, Roy Barreras. La aprobación de este artículo, que elimina la inhabilidad de un año que existe actualmente para que puedan entrar al Gobierno, se dió con 108 votos contra 50 en la plenaria de la Cámara. La congresista Jenifer Pedraza, del partido Dignidad, dijo que esa “puerta giratoria” para que los congresistas puedan ser ministros es “un bombazo a la división de poderes”. “¿Qué control político habrá?”.
Otro de los artículos aprobados por la plenaria, es el que modifica el artículo 262 de la Constitución Política para crear “listas cerradas, bloqueadas y con alternancia entre hombres y mujeres” a partir de 2026, tanto en el Congreso como en las instancias de elección popular locales y regionales. El ministro del Interior, Alfonso Prada, insistió en que su objetivo es “fortalecer y profundizar la democracia eliminando prácticas tradicionales y ampliando la participación de jóvenes y mujeres”. Pero representantes que apoyan a Petro lo atacaron, por ejemplo, la representante del Partido Verde Katherine Miranda dijo que, la reforma política pasó una “línea roja de la Constitución” y conducirá a que partidos grandes puedan armar coaliciones, acabando con las minorías. “Fui parte de la jefatura de debate de Gustavo Petro durante la campaña y tengo vergüenza y profunda decepción y me duele que en este Gobierno estén acabando con las minorías”, dijo visiblemente molesta durante la plenaria.
La reforma iniciará su segunda vuelta en el Congreso, con otros cuatro debates, en marzo de 2023. Prada admitió que hay “muchas críticas” e invitó a los congresistas a trabajar en conjunto para mejorar el texto. “Quienes quieran opinar con el Gobierno, ojalá nos puedan acompañar. Vamos a venir en marzo recargados para hacer la reforma política”, agregó Prada y dijo, que no habrá “ningún tipo de censura” contra quienes hacen parte de la coalición y criticaron el proyecto.
De ser aprobada la reforma política, en adelante los partidos y movimientos políticos podrán presentar listas y candidatos únicos, pero las listas serán cerradas y bloqueadas, esto es, regresaríamos a la época en que los jefes políticos, con un lapicero, decidían quienes podían participar en una elección y quienes conformarían la lista de candidatos, lo cual es antidemocrático y atenta contra el derecho a participar y ser elegido, por cuanto dichas listas serán conformadas, seguramente, por los hermanos, hijos, esposas y demás familiares de los jefes políticos. Recordemos un antecedente inmediato de partidos que presentaron listas cerradas a las elecciones al congreso de la República, en marzo de 2022. El partido político Pacto Histórico, que propende por el Cambio, presentó lista cerrada al senado, y dentro de los 5 primeros puestos estaba Roy Barreras; y la lista a la cámara de representantes por el Pacto Histórico, Valle del Cauca, tuvo, dentro de los 5 primeros puestos a Gloria Arizabaleta, ex-esposa de Roy Barreras, hoy congresistas. Es decir, de ser aprobada esta reforma política, Colombia, lo que estaría cerrando, sería la democracia.
Autor:
Luis Angel Martinez Angel
DEFENSOR PÚBLICO
Colaborador autorizado