La culpa no es de Petro, sino de la vaca
- Luis Angel Martinez Angel
- 3 sept
- 2 Min. de lectura

Este fin de semana, en rueda de prensa, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Germán Ávila Plazas, manifestó que el lunes 1° de septiembre radicará el proyecto de Ley de financiamiento, a través del cual el gobierno aspira recaudar $ 26,3 billones, para financiar el presupuesto del año 2026, el cual ya fue presentado al Congreso de la República, por $ 556,9 billones.
Una vez más, el gobierno nacional presenta el presupuesto desfinanciado, para que el Congreso, por medio de una reforma tributaria lo financie.
Recordemos que el año pasado el gobierno también presentó ante el Congreso un proyecto de ley de financiamiento, por medio del cual buscaba recaudar aproximadamente $12 billones para financiar el presupuesto de año 2025, imponiendo nuevos tributos a los colombianos.
Sin embargo, la iniciativa fue archivada por las comisiones económicas del Senado y la Cámara en diciembre de 2024, ya que las mayorías consideraron que era inoportuna para la economía colombiana.
La Ley de financiamiento, o reforma tributaria, no es la solución para financiar el presupuesto desfinanciado del gobierno, la solución es que el gobierno presente un presupuesto con base en ingresos reales y que se puedan recaudar.
Además, llama la atención que en el presupuesto para el año 2026, que presentó el gobierno nacional, de los $ 556,9 billones, $ 365 billones serán destinados para pagar gastos de funcionamiento del Estado, como las 9 embajadas y los 116 cargos adicionales de relaciones exteriores creados en el gobierno del presidente Gustavo Petro, que permitieron el nombramiento de 14 asesores para el despacho del canciller, 25 profesionales especializados, 27 auxiliares de misión diplomática, 20 ministros consejeros, 21 consejeros de relaciones exteriores y 9 segundos secretarios de relaciones exteriores, y solo $ 88 billones serán destinados para inversión.
Imagínense que una persona va a un concesionario a comprar un vehículo sin el dinero suficiente, confiado en que su banco le prestará el dinero que le hace falta para comprarlo, pero luego el banco no le autoriza el préstamo.
Si esta persona finalmente no puede adquirir el vehículo, porque le hizo falta dinero, la culpa no será del banco, o de la vaca, como en el libro de fábulas de Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal.
Autor:
Luis Angel Martinez Angel
DEFENSOR PÚBLICO
Colaborador autorizado
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